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La confesión de Mike Tyson sobre su pelea con Jake Paul que hace saltar todas las alarmas sobre su salud mental

Jake Paul superaba en la madrugada del pasado 16 de noviembre por decisión unánime a Mike Tyson, considerado uno de los mejores boxeadores de la historia, en el AT&T Stadium en Arlington, Texas. La pelea, que tuvo un carácter de oficial, aunque no sancionada por ninguna de las organizaciones del boxeo alrededor del mundo, fue pactada a ocho asaltos de dos minutos cada uno.

La bolsa total del evento superó los 60 millones de dólares, con 40 millones de dólares (Casi 38 millones de euros) destinados a Paul y 20 millones para Tyson. Tras el combate muchos afirmaron que se trató de un puro teatro a cambio de dinero pero un mes después la polémica continúa. Tras las acusaciones de fraude, unas declaraciones de Tyson sobre lo ocurrido aquella noche ha hecho saltar todas las alarmas sobre su salud mental.

Graves problemas previos

Tras la pelea, Iron Mike rompió su silencio en redes sociales para tratar de explicar una derrota con sabor a victoria. En una publicación en su cuenta oficial de X , Tyson escribió: “Casi muero en junio. Recibí 8 transfusiones de sangre. Perdí la mitad de mi sangre y 25 libras (11 kilos) en el hospital y tuve que luchar para recuperar la salud para poder pelear, así que gané”.

 

La pelea entre Tyson y Paul estaba originalmente programada para el 20 de julio, pero se retrasó hasta noviembre después de que Tyson sufriera lo que se informó que era un brote de úlcera a fines de mayo.

"Estaba entrenando y me estaba yendo muy bien”, afirmó Tyson con anterioridad a la revista New York Magazine . “De repente, comencé a sentirme un poco cansado y le expliqué a mi entrenador: 'No sé qué me pasa'”.

Los síntomas de Tyson se intensificaron mientras volaba a Texas para el duelo. “Cuando llegué aquí desde Miami en avión, fui al baño y vomité sangre. Lo siguiente que supe fue que estaba en el suelo y estaba defecando alquitrán”, dijo Tyson. “Así que vine aquí [al hospital] y descubrieron que tenía una gran úlcera, de dos pulgadas y media, y sangraba. Todos mis amigos me llamaban como si me estuviera muriendo. “Le pregunté a la doctora si iba a morir y no me dijo que no, sino que me dijo: ‘Pero tenemos opciones’. Y ahí fue cuando me puse nervioso. No veo la hora de salir de esta... hombre, quiero pelear y volver a entrenar”. Tuvo que someterse a varias transfusiones. “El médico dijo que perdí la mitad de mi sangre. Casi muero”, reveló Tyson.

Finalmente el combate llegó y ahora Tyson ha hecho unas declaraciones sobre como vivió esa noche que ha generado un gran preocupación entre sus fans.

"Me quedé en blanco"

“No recuerdo la pelea, me quedé en blanco. No he visto la pelea. Sabes lo que recuerdo, recuerdo que volví del primer asalto y Jake (Paul) estaba haciendo una especie de reverencia o no sé qué estaba haciendo, y eso es lo último que recuerdo”, ha confesado en entrevista para Fox Sports Radio de Estados Unidos. la leyenda del boxeo se refiere a un momento del último round cuando Paul bajó la guardia para rendirle un homenaje antes del campanazo final.

“No recuerdo cómo se sentía su poder de pegada, pero me dolía mucho todo mi cuerpo después de la pelea. Mi pecho y mi estómago estaban realmente adoloridos”, agregó, aunque después de eso, afirma que prácticamente volvió a su hogar como si nada.

“No estaba cansado, no estaba sudado. Fui a la casa en la que nos estábamos quedando, salí de la casa con mi esposa y mis hijos, fui a la fiesta posterior y luego regresé”, concluyó.

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