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El PP aprovecha la batalla de Yolanda Díaz con la patronal catalana para acercarse a Cataluña

El PP busca sembrar y no se pone límites. En los últimos meses, los populares han rodeado en el mapa Cataluña como territorio a cuidar de cara al cambio de ciclo político con el que ya trabajan. Si bien tienen clara la sensación fin de ciclo del Gobierno, saben que de momento no hay un horizonte electoral cercano, por lo que el objetivo pasa por preparar el camino y aspirar a entrar en territorios más hostiles, menos tradicionales o más difíciles de asentarse la voz de los populares.

Así, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha marcado el reto de afincarse en Cataluña donde el partido subió en las últimas elecciones de tres a quince escaños y que el partido cree estar mejorando ya. En este sentido puede entenderse que Feijóo haya intensificado su agenda en Cataluña en los últimos meses con presencia en los foros económicos del Cercle de Economía y del Foment del Treball, este último, en un encuentro privado que el PP desveló a última hora, pero evitando dar publicidad del contenido. Días antes había acudido al congreso de UGT en Barcelona. Esta última visita supone un antes y un después en su relación con los sindicatos. Hasta ahora, un líder del PP no había acudido a ningún acto de este tipo. Confirma la intención de los populares de hacerse notar en electorados más pegados a la izquierda en medio del desgaste del propio PSOE por la corrupción.

En todas estas visitas, Feijóo se ha cuidado mucho en los mensajes que ha mandado. Política económica y social en cada uno de sus discursos. Feijóo busca así pescar voto en los ambientes hasta ahora no trabajados con tanta intensidad por el partido. "Es ir a casa de otro a quitarle el pan", describen fuentes populares. En estos foros, el líder del PP ha puesto el foco en la necesidad de entablar un "diálogo social" entre los agentes sociales. Allí ha defendido la agenda más social del PP con discursos muy centrados en la sanidad, pensiones y vivienda, todos ellos, asuntos que el PP espera volver a poner en la agenda una vez que el foco judicial no lo cope todo. Se espera que su presencia continúe en esta comunidad, aunque en el entorno de Feijóo evitan desvelar movimientos al respecto. El objetivo pasa porque su voz se escuche en Cataluña.

Todo a la vez que el sector empresarial ya reconoce en privado que es Junts quien manda en el Gobierno. Esta clave, unida al programa económico de Sumar es lo que más hace a estos círculos huir de la entente de izquierdas y observar con atención los movimientos del PP. De hecho, la reducción de la jornada laboral, acerca al PP y a Foment, a la vez que supone una guerra de primer nivel con el ministerio de Trabajo, dependiente de Yolanda Díaz. Esta misma semana, Josep Sánchez Llibre, el presidente de Foment avisó de que la reducción a 37,5 horas semanales supondría una factura de 12.000 millones de euros para las empresas y criticó la "obsesión" de la vicepresidenta Yolanda Díaz con la reducción de la jornada laboral. "No estamos en contra por principio, sino de la reducción generalizada y uniforme por ley, para todos los sectores y empresas", explicó. El presidente de la patronal hizo incluso un llamamiento a los partidos para que no apoyen la medida cuando llegue al Congreso, a lo que Díaz respondió pidiéndole que rectificase y "respetase la democracia". Reclamó, además, una "fiscalidad compettitiva" y advirtiró de los riesgos de seguir incrementando la presión fiscal sin reducir el gasto corriente de las administraciones públicas. En este sentido, son varias las políticas que separan a este círculo económico de Yolanda Díaz, como el aumento del Salario Mínimo Interprofesional sin diálogo social previo.El impuesto a las eléctricas también pone en alerta a Foment ante el riesgo de que las empresas con origen en Cataluña migren. Estas batalla entre la patronal catalana y la líder de Sumar, no va a dejarse desaprovechar en el entorno popular, donde también piden acotar la aplicación de la reducción de la jornada laboral según el entorno de trabajo.

Así, Feijóo va plantando la semilla. El último discurso de éste en un foro privado de Foment fue valorado positivamente, de hecho. Allí trasladó a los representantes de la patronal catalana propuestas en materia fiscal: la bonificación de los impuestos de sucesiones, donaciones y patrimonio, la exención del IRPF a los jóvenes, la recaudación del impuesto a la banca para dedicarlo a políticas de vivienda y en cuanto a las afectaciones por la DANA, la exención del cobro del IVA en la reparación de casas y en la sustitución de los coches siniestrados. Según ha podido saber este diario, un discurso "moderado" que copó atención entre los presentes. También con una intervención ante el Cercle de Economía, gustó cuando Feijóo prometió frenar la subida de impuestos. La política fiscal va abriendo la puerta al PP en estos círculos. En UGT, elogió el papel de los agentes sociales. Todo con el objetivo de ensanchar su base social a costa de la izquierda.

Este acercamiento a Cataluña es completamente estudiado en Génova, donde aprecian que les "quiren escuchar" en los foros económicos y reflexionan sobre cuestiones que coinciden con los electorados de Junts o ERC en materia fiscal. "Hay más coincidencias ideológicas entre PP y Junts que entre Junts y Sumar, y eso les interesan", reflexionan en el partido. Hay una estrategia en el PP que pasa por hacer ver que Feijóo no es el enemigo en Cataluña por su discurso anti amnistía o antiindependentista. Así, dentro del PP buscan abrise paso sin fronteras para pescar también en el electorado más tradicional, como el de Unió, pero sin caer en las cesiones a independentistas. El momento, además, es simbólico, a la vez que el PP ya comienza a negociar con Junts e incluso han normalizado estas negociaciones. "Hablamos con todos menos con Bildu", explicó el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, tras admitir contactos con los de Puigdemont sobre la reforma fiscal. De hecho, PP y Junts se aliaron ayer en materia fiscal. Los populares apoyarán dos de las cuatro enmiendas presentadas por los postconvergentes en el marco de la reforma tributaria del Gobierno que se tramita en el Senado.

Todo en medio del momento actual en el que Junts ha marcado la clave de la legislatura y, aparentemente, el órdago real sobre si Sánchez podrá o no continuar gobernando. En el PP, si bien dudan de la intención de Junts de tumbar al Gobierno, ven más "fuegos artificiales" sí aprovechan para censurar al Gobierno por su debilidad parlamentaria.

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