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Putin reta a Estados Unidos a un duelo de misiles hipersónicos en territorio ucraniano

Los que esperaban sorpresas en la conferencia de prensa anual de Vladimir Putin, la 21ª que ofreció como presidente de Rusia, se quedaron desilusionados. Las menciones a posibles negociaciones y compromisos se quedaron en pura retórica mientras que calificó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski de «ilegítimo» y manifestó su certeza de que Rusia está ganando la guerra.

«Creo que Rusia se ha vuelto mucho más fuerte en los últimos dos o tres años», subrayó Putin al responder a las preguntas de los medios de comunicación controlados por el Estado, jubilados, blogueros de guerra y varios periodistas extranjeros en un evento cuidadosamente orquestado que duró cuatro horas y media.

Según Putin, que se mostró en gran medida optimista, Rusia se está convirtiendo en «un país verdaderamente soberano», que ya no depende de nadie. Su economía no hace más que fortalecerse y el país está fortaleciendo sus capacidades de defensa aumentando la producción para el ejército y la marina.

El presidente ruso también aseguró que el ejército ruso está «avanzando hacia el logro de nuestros objetivos» en Ucrania y que habría lanzado una invasión a gran escala contra el país vecino incluso antes si pudiera retroceder en el tiempo.

Según él, el ejército ucraniano sigue perdiendo material, municiones y personal y se retira, aunque de forma organizada, bajo la presión del ejército ruso. Rusia no busca un alto al fuego a corto plazo, sino que se centra en poner fin a la guerra a largo plazo, aseguró.

En un momento, afirmó que Rusia está dispuesta a «negociar y llegar a acuerdos» con Ucrania, pero se quejó de que es el país invadido, Ucrania, el que se niega a negociar. «Siempre hemos dicho que estamos dispuestos a negociar y llegar a acuerdos. Es solo que la parte contraria se niega a negociar... Y el compromiso siempre forma parte de las negociaciones», dijo.

Putin mencionó las negociaciones en Estambul al comienzo de la invasión como un posible punto de partida. Rusia exigió entonces que Ucrania renunciara formalmente a algunos de sus territorios ocupados, a su independencia geopolítica y que sólo mantuviera un ejército en miniatura sin capacidad de defensa. Durante su conferencia de prensa, Putin también reiteró su postura de línea dura de que Moscú mantendría el control de Crimea junto con las cuatro regiones ucranianas que invadió en 2022.

Rusia exigió en 2024 a Ucrania que renuncie a la totalidad de sus cuatro regiones parcialmente ocupadas –Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporizhia– incluidas las áreas controladas por Ucrania a cambio de una posible tregua. Al mismo tiempo, Putin indicó que el Kremlin se negará a firmar ningún acuerdo con Zelenski, al que tachó de «ilegítimo», pero dijo que está dispuesto a reunirse con el presidente electo de EE UU, Donald Trump, con quien no ha hablado en los últimos cuatro años, según el líder ruso. «Estaré listo para una reunión si él lo desea», dijo, señalando que tendrán mucho de qué hablar. Putin volvió a hacer referencia a la capacidad de su país para lanzar ataques de largo alcance contra sus enemigos. Ningún sistema de defensa aérea de Europa puede derribar los misiles balísticos experimentales Oreshnik, que Rusia utilizó el mes pasado para atacar la ciudad de Dnipro, aseguró.

El presidente ruso propuso a los expertos occidentales que no creen en las capacidades de este misil llevar a cabo un «duelo de alta tecnología del siglo XXI». «Que escojan un objetivo para destruirlo, por ejemplo, en Kyiv, que concentren allí todas sus fuerzas de defensa aérea y de defensa antimisiles, y nosotros atacaremos allí con el Oreshnik. Y veremos qué pasa. Estamos preparados para un experimento de este tipo», dijo Putin. Putin, como es habitual, no ha eludido algunas preguntas que a primera vista parecen incómodas. Hablando con una refugiada de la región de Kursk, donde Ucrania ha mantenido algunos territorios desde la incursión sorpresa del verano pasado, prometió que Rusia acabaría expulsando a esas fuerzas. También aseguró que la caída de su protegido Bachar Al Asad en Siria no debilitó a Rusia y dijo que Rusia está hablando con los rebeldes y considerando la posibilidad de mantener sus bases allí.

Describió la muerte del general Igor Kirillov en una explosión en Moscú, considerada como un triunfo de los servicios de inteligencia de Ucrania, como un «grave fracaso» de sus servicios de inteligencia. Admitió que la creciente inflación en Rusia –el 9,3% interanual según él– era una «señal alarmante», pero que los salarios y los ingresos también habían aumentado. «La situación es estable y segura», aseguró.

«No sólo creo que he salvado a Rusia, creo que nos hemos alejado del borde del abismo», dijo Putin. «¿Creen que esta persona es adecuada?», reaccionó el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, de visita en Bruselas, refiriéndose a la propuesta de «duelo» de Putin. «Es sólo un viejo fantasioso. Vive en otro mundo, en su acuario», también afirmó en relación con la mención por Putin de las negociaciones en Estambul. Explicó que Putin simplemente quería que Ucrania se rindiera, renunciara a su independencia, a Europa o a la OTAN y dejara que Rusia gobierne al país. Zelenski pidió a los aliados de Ucrania que le ayuden al país a fortalecerse frente a la agresión rusa y expresó su esperanza de que la llegada de Trump pueda ayudar a alcanzar la paz.

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