Marc Minkowski: «Los directores de hoy están obsesionados por la técnica»
Por primera vez va a sonar hoy 20 de diciembre en el Teatro de la Maestranza una de las más famosas operetas de la historia de la música, 'El murciélago' de Johann B. Strauss, el padre del vals vienés. Este vodevil disparatado donde las historias entre personajes se intercalan con canciones y bailes, tanto de salón como de tradición popular, va a ser interpretado nada menos que por la orquesta Les Musiciens du Louvre , el célebre conjunto francés de Grenoble, dirigida por su fundador Marc Minkowski (París, 1962). Hijo de Alexandre Minkowski, pediatra francés precursor de la neonatología, dice el maestro que siempre quiso ser músico a pesar de venir de una familia de médicos, pero sí dudó entre la música y los caballos, una de sus grandes aficiones. «Me encantan los caballos, tengo caballos en casa y cuando era adolescente dudé entre ser jinete y músico. Al final opté por la música. Mis caballos no son de pura raza española, son caballos grandes y pesados de Inglaterra, son de la raza shire. He realizado varios espectáculos ecuestres utilizando la música clásica de Mozart en Salzburgo con Bartabás », con quien por cierto también ha trabajado el bailaor Andrés Marín. Dicen de él que es un director muy expresivo al frente de la orquesta. «Para mí, más que una cuestión de imagen y de carácter, creo que el compositor necesita que un director musical lo trate como un director de escena trata una obra de teatro . Ambos deben transmitir las intenciones del compositor, mostrar un máximo de la dramaturgia. Sé que tengo una forma de dirigir muy teatral. Creo que los directores de orquesta de comienzos del siglo XX también era muy expresivos y ahora estamos en una época donde los directores están más obsesionados por la precisión y la técnica. Hay que conjugarlo todo, la técnica y la expresividad con un lenguaje corporal bastante fuerte y esa es mi marca de fábrica. También estoy obsesionado por los contrastes y matices de la dulzura a la fuerza más extrema, de los tempos de la velocidad máxima o la más lenta, me encantan los extremos, los contrastes», explica. Fue fagotista antes que director, y aunque especializado en música barroca, también ha dirigido música de compositores como Phillip Glass y John Adams . «No tengo ningún problema en cambiar de registro. Hay algunos directores que están más especializados en alguna corriente, pero yo prefiero cambiar. Es como los actores en el teatro, hoy hacen Bertolt Brecht y por la mañana hacen algo diferente. Para mí siempre ha sido mi pasión y me encanta cambiar de estilo». Sobre 'El Murciélago' tiene claro que es uno de los títulos de la historia de la música. « Es una obra maestra que han dirigido los más grandes como Karajan, Kleiber, Karl Böhm. .. No es una obra menor, no es una zarzuela con todo mi respeto hacia la zarzuela, es una obra maestra. Es además, un emblema del espíritu austriaco y alemán y por eso es menos conocida en los países de habla latina, y es una pena porque es una música totalmente universal. Seguro que los grandes directores españoles también la han dirigido». En el apartado vocal también ha sido interpretada por grandes voces. «No hay que tener miedo a venir a escucharla, como se escucha un Mozart, un Bach... Es una música fácil, con mucho ritmo, momentos poéticos, para mí hay momentos musicales que nos recordarían a la música de las corridas de toros». Destaca de la obra el humor, las músicas galesa, húngara y rusa, e incluso la española. «Yo hice una versión semiescenificada en el Teatro Real, me sirvió mucho para conocer a fondo la obra, era la primera vez que se interpretaba en Madrid al igual que en Sevilla, me siento muy honrado. Que vengan, van a disfrutar», anima. Para atraer a más público, el Maestranza ofrece entradas al 80% para los jóvenes menores de 30 años. Esta opereta se creó en pleno conflicto franco-prusiano, y ahora en el mundo hay otros conflictos de razas y religiones. El maestro Marc Minkowski dice que en el segundo acto de la opereta 'El Murciélago' hay una oda a la fraternidad, «es un momento en que todos tras beber y brindar con champán, comulga por un espíritu de fraternidad y colaboración entre hombres y mujeres, y es un momento en el que el poder del alcohol es tan fuerte que todos piensan en la fraternidad. Por supuesto podemos imaginarnos todo lo que queramos para que la música difunda la paz en el mundo. Yo personalmente tengo unos orígenes muy mezclados, también de religiones muy mezcladas en mi vida y en mi familia. Vivo con mucha dificultad las circunstancias actuales. Tengo origenes americanos, checos y polacos. Mi madre era traductora de árabe, mi parte polaca era una gran familia judía, y soy una mezcla de todas las corrientes . Sólo deseo que la gente sea tolerante y respetuosa . Si la música puede ayudar a terminar con estos conflictos todo sería fantástico», dice el director francés. Minkowski se alegra de volver a Sevilla con Les Musiciens du Louvre. «Hace mucho que faltábamos de las programaciones. Es nuestra segunda vez aquí, en Madrid y Barcelona sí estamos casi cada año», reconoce. El maestro estará acompañado en escena por diez cantantes y el Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana.