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La profesión de riesgo que Marlaska no ve: ladrillos y mordiscos contra la Policía

Piedras, ladrillos e incluso una tetera de grandes dimensiones. Un grupo de jóvenes violentos arremetió con todo lo que tenía a su alcance contra una patrulla de la Policía Nacional de Ceuta. Una situación de tensión que acabó con un agente herido al ser mordido por uno de los detenidos, según informan fuentes policiales a LA RAZÓN. A pesar de vivir de sufrir en sus carnes todo este tipo de circunstancias estos efectivos aún no son considerados como profesión de riesgo por el Gobierno.

Estas violentas escenas se vivieron el jueves por la noche en la calle Hermanos de la Cruz Blanca de Ceuta. Una patrulla de la Policía Nacional trató de identificar al conductor de un vehículo que estaba en doble fila. Este joven insultó y arremetió de forma violenta contra los agentes, que simplemente estaban haciendo su trabajo. "El hombre hizo caso omiso al requerimiento, reaccionando de manera agresiva y violenta contra los agentes, llegando incluso a morder a uno de ellos", afirmó en un comunicado la Jefatura Superior de Policía de Ceuta.

Este hecho, que podría haber sido aislado, fue el comienzo de un ataque en grupo hacia los agentes. Una "multitud de personas en actitud agresiva y hostil" se dirigió contra la Policía. Recibieron insultos y amenazas. Les arrojaron piedras y una tetera de grandes dimensiones que puede abarcar más de un litro de agua, según explican estas fuentes policiales. Ante esta circunstancia, los funcionarios tuvieron que solicitar refuerzos para que se calmaran los ánimos en esta barriada de Ceuta.

Mordiscos, puñetazos e insultos

Uno de los participantes en los altercados fue detenido con un ladrillo en la mano. El policía que recibió el mordisco tuvo que ser atendido en el Hospital Universitario de Ceuta. Su pronóstico era moderado. Tiene dañado de forma severa los dedos y la palma de su mano derecha. El joven agresor también les propinó puñetazos y otros golpes.

Este es un "suceso aislado" protagonizado por un grupo de jóvenes violentos de Ceuta pero nada tiene que ver con el narcotráfico, según estas fuentes policiales. Se da la circunstancia de que esta zona aún no dispone de una base de antidisturbios, Unidad de Intervención Policial (UIP), propia y es la base de Sevilla la que tuvo que acudir al lugar de los hechos.

Los momentos que tensión que se vivieron en Ceuta son solo un episodio más al que se tienen que enfrentar día a día los agentes de la Policía Nacional y sus compañeros de la Guardia Civil. Los miembros de estos cuerpos tienen una cosa en común: no son considerados profesión de riesgo. Esta solicitud histórica sigue entre las cuentas pendientes del Gobierno y se está alargando más de la cuenta ante el enfados de los sindicatos y las agrupaciones.

Esta semana conocimos que el Gobierno envió al Senado, el pasado 4 de noviembre, un escrito en el que afirmaba que "el concepto de profesión de riesgo no existe como tal ni en la regulación del régimen de la Seguridad Social ni en la propia del régimen de Clases Pasivas". "Tiene su origen en el Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social, que prevé la posibilidad de rebajar la edad mínima de jubilación por real decreto y mediante coeficiente reductores para aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acuse elevados índices de morbilidad o mortalidad", señalaron.

La ansiada profesión de riesgo

A pesar de que esta profesión de riesgo no exista, a juicio del Ejecutivo, en las diferentes rondas de reuniones con los partidos políticos, los representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han conseguido reunir los apoyos para que esta medida salga adelante. Desde Sumar hasta Vox, pasando por el PP y el PSOE. Sin embargo, su aprobación sigue haciéndose esperar por la prórroga del plazo para presentar enmiendas.

¿Qué obtendrían los agentes con ser catalogados de esta forma?. En primer lugar, los policías y guardias civiles equipararían sus condiciones con las de los policías autonómicos que si disfrutan de este privilegio. Otro de los factores es que podrían adelantar su jubilación sin perder beneficios económicos. Algo que ahora es imposible. El próximo mes de enero se antoja como clave para avanzar en esta propuesta. El Ministerio del Interior abordará el tema en una reunión que esperan con anhelo tanto los policías como los guardias civiles.

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