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General Fernando Ruiz: "La situación en Líbano sigue siendo muy volátil, pero ya estamos menos tiempo en los búnkeres"

Hace apenas un mes, más de 600 militares de la Brigada «Guzmán el Bueno» X relevaron a la «Brigada «Aragón» I en Líbano. Al frente de ellos, el general Fernando Ruiz Gómez, quien no solo lidera al contingente español, sino que también está al frente del Sector Este de la misión de Naciones Unidas en el país (Unifil). Una zona en la que los cascos azules han estado en medio del fuego cruzado entre Israel y Hizbulá. Al poco de llegar se decretó un frágil alto el fuego en el que, en cierto modo, confía. Pero si se rompe, avisa: «Estamos preparados para cualquier contingencia».

¿Qué se han encontrado a su llegada a Líbano?

Hemos desplegado en un contexto impredecible, que varía con cada acción-reacción entre los principales actores en la zona de operaciones: las Fuerzas de Defensa israelíes (IDF), las milicias no estatales y las propias Fuerzas Armadas libanesas (LAF). Nada distinto de lo que habíamos previsto durante nuestra preparación en territorio nacional. A nuestra llegada al sur de Líbano nos encontramos un escenario con un permanente intercambio de acciones de fuego a través de la «Blue Line», lo que había traído consigo un abandono, casi total, de la mayor parte de las poblaciones. Tras el acuerdo de alto el fuego y la creación del mecanismo encargado de velar por su cumplimiento, las violaciones a la Resolución 1701 de Naciones Unidas se han reducido progresivamente, tanto en número como en gravedad, y parece que el cese de las hostilidades se va cumpliendo, aunque la percepción es que la fragilidad de la situación hace que los pasos deban llevarse a cabo con mucha cautela. Continuamos desarrollando nuestras misiones y actividades operativas para tratar de apoyar a las LAF y que sean capaces de hacer cumplir el mandato de la Resolución 1701.

Entonces, ¿ha mejorado algo?

La sensación de fragilidad en nuestra zona no desaparece, como tampoco la inestabilidad reinante en todo Oriente Medio, que no favorece a reducir la tensión en el sur de Líbano. Ahora, aparece en escena una situación radicalmente diferente y sorpresiva en Siria, que no sabemos en qué medida terminará afectando en Líbano y, más concretamente, en Hizbulá. La situación ha mejorado, pero sigue siendo volátil y requiere dotarse de tres capacidades fundamentales: coordinación, paciencia y empatía. Coordinación entre el Gobierno del Líbano –representado en esta parte del país por las LAF–, las IDF y, en medio de ellos, Unifil; paciencia, para asegurar que esta delicada situación no escale y podamos continuar construyendo una situación más estable, y, por último, empatía con la población que empieza a regresar a sus hogares.

[[QUOTE:PULL|||"Tras el acuerdo de alto el fuego, parece que el cese de las hostilidades se va cumpliendo"]]

¿Cómo se prepararon para afrontar la misión?

Afrontamos nuestra preparación en España con las lecciones aprendidas del contingente anterior. Hemos analizado el cambio en la situación y de los procedimientos de actuación para adaptarnos al nuevo contexto. Estamos adaptando los conocimientos, los procedimientos y nuestra forma de trabajar. Además, llevamos a cabo un reconocimiento sobre el terreno en julio, lo que nos permitió ver en primera persona cuál era el escenario real. Hicimos hincapié en la adaptación para hacer frente a las limitaciones que sabíamos que los búnkeres iban a imponer, pero sabíamos que eso era solo una parte. Lo más importante era que teníamos que habituarnos a continuar desarrollando nuestros cometidos con un notable incremento de las medidas de protección. El uso de chaleco y casco exige sacrificio y esfuerzo físico, pero también una preparación mental.

¿Cómo están de ánimo?

El estado de ánimo de todos los militares del contingente es óptimo, tan alto, o más aún, que el primer día. Para un militar, participar en una misión internacional en representación de España siempre es un orgullo. Este escenario, más demandante que el que habitualmente tenía esta misión, es siempre un reto y permite a un soldado entregarse al máximo. Es la oportunidad de confirmar la calidad de nuestra preparación y un orgullo por estar representando a España liderando una unidad multinacional de más de 3.500 militares solo en nuestro sector.

[[QUOTE:PULL|||"La situación ha mejorado, pero la sensación de fragilidad en nuestra zona no desaparece"]]

¿Qué medidas de protección adicionales están tomando?

La protección de la fuerza es siempre una preocupación de todo mando, aunque somos muy conscientes de que hemos desplegado en Líbano para cumplir, con eficiencia, los cometidos que se nos han asignado. Las normas de protección se regulan y modifican para adaptarse a la situación. Aunque los parámetros de seguridad y los niveles establecidos en la misión no han variado, estamos obligados a emplear y normalizar medidas de protección que años atrás se consideraban excepcionales. Los planes de bunkerización y los elementos de protección ahora son habituales y lo asumimos con normalidad. La situación exige mayor protección en nuestras actividades operativas y nuestra vida en la base «Miguel de Cervantes». En esta nueva etapa que parece dibujarse en el futuro inmediato, a las medidas de protección habrá que añadir la necesaria precaución y sensibilidad en el movimiento por toda el área de responsabilidad, ya que los efectos del conflicto –derrumbes, cráteres o municiones que no han explosionado– son peligros objetivos.

¿Siguen pasando mucho tiempo en los búnkeres?

Tras el alto el fuego se ha reducido considerablemente el tiempo y las veces que debemos refugiarnos en los búnkeres. No obstante, aún se producen situaciones en las que las IDF consideran que se ha producido un incumplimiento de los acuerdos del alto el fuego y, en ocasiones, adoptan medidas y reacciones que recomiendan que adoptemos este grado máximo de protección.

¿Han tenido alguna situación tensa con el Ejército de Israel?

Solo se han producido encuentros aislados sobre el terreno, que generalmente consisten en una denegación del movimiento por las IDF mediante la colocación de obstáculos para impedir la entrada en zona de combate en beneficio de la seguridad de las fuerzas de Unifil.

¿Vuelve a haber contacto con Israel como antes, que avisaba de sus ataques?

El contacto con Israel se lleva a cabo al más alto nivel desde el Cuartel General de Unifil en Naqoura, a través de un elemento denominado «Liaison Branch» (Misión de Enlace), que son los que recomiendan elevar el nivel de seguridad.

¿Llevan a cabo las patrullas y misiones con normalidad?

Las actividades operativas nunca han dejado de realizarse, pero ahora se están incrementando en número y periodicidad. Pero es una realidad que aún sigue siendo necesario llevar a cabo muchas coordinaciones que nos permitan asegurar que podemos llevar a cabo nuestras actividades para cumplir, con mayor normalidad, nuestros cometidos.

[[QUOTE:PULL|||"Las actividades operativas se están incrementando en número y periodicidad"]]

¿Cómo ven al Ejército libanés?

Son un Ejército austero y, a pesar de ciertas carencias, intentan realizar sus cometidos con la mayor responsabilidad y eficiencia. Ahora se enfrentan a un reto muy importante, y tienen la oportunidad de convertirse en el actor principal de seguridad en este área. Sus jefes nos han transmitido que se encuentran preparados y con muchas ganas de hacer lo necesario para acabar con los enfrentamientos y llevar la paz a esta región. Por nuestra parte, las relaciones con ellos son muy buenas, a pesar de su difícil y comprometido posicionamiento entre el apoyo, en términos generales, a Unifil y su estrecha relación con parte de la «resistencia».

¿Trabajan y colaboran con ellos con normalidad?

Sí, y, en líneas generales, hay una relación de mutua confianza.

Y la población local, ¿qué les dice? ¿Les pide algo?

Con el cambio de la situación, fundamentalmente desde el alto el fuego, hemos podido constatar que muchas personas han iniciado el retorno a alguna de las poblaciones, de las que, por seguridad, decidieron salir cuando se inició el conflicto. Ahora comenzamos de nuevo a retomar los contactos que solo podíamos mantener por teléfono. En estos momentos, nuestra unidad Cimic (Cooperación Cívico-Militar) se encarga de materializar el enlace con ellos y de restablecer reuniones en las que analizaremos sus peticiones y trataremos de hacer frente a ellas.

¿Confían en que la situación vuelva a esa normalidad de «calma tensa» de antes?

Hay que ser optimistas, pero, al tiempo, nos tenemos que mantener anclados a la realidad. Sabemos que la fragilidad de la situación puede hacer revertir el proceso en cualquier momento, pero estamos preparados para cualquier contingencia. Como decía, los factores externos al propio Líbano –el escenario regional– también van a determinar la evolución de la situación en nuestra zona.

¿Sigue siendo necesaria la misión de los cascos azules?

La misión de Unifil nunca ha dejado de ser necesaria y ahora es más necesaria que nunca. En los momentos más críticos de la crisis actual, nuestra presencia ha reflejado el compromiso de la comunidad internacional por mostrar la determinación de seguir empeñados en el cumplimiento del mandato de ONU. Gracias a nuestra permanencia sobre el terreno, la población que decidió quedarse en sus hogares ha tenido una mínima protección y, en algunos casos, hemos sido el único apoyo para proporcionar los servicios más básicos, como asistencia sanitaria. Unifil ahora se muestra como una herramienta fundamental que garantiza la adecuada transición y apoyo a las Fuerzas Armadas libanesas para que se constituyan en el único garante de la seguridad en el sur. Desde el punto de vista nacional, nuestra posición y permanencia ratifica el compromiso y responsabilidad de España con las organizaciones de las que formamos parte.

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