Felipe VI pide "serenidad" y "consensos" frente a la "atronadora contienda política"
En un año marcado por el décimo aniversario de su proclamación, el Rey Felipe VI ha pronunciado su tradicional Mensaje de Nochebuena, esta vez desde el Palacio Real. En concreto lo ha hecho desde el Salón de Columnas, referente de diversos acontecimientos históricos y de su Reinado desde donde ha instado a los consensos, ha dado un toque de atención a los políticos, ha puesto en valor la Constitución y ha recordado la tragedia de la DANA.
Precisamente las primeras palabras de su discurso han sido para recordar a las 223 personas que murieron a consecuencia de las inundaciones de la DANA, las que lo han perdido todo y las que no podrán celebrar la Navidad en sus hogares. «Las personas que perdieron la vida y los desaparecidos merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias». Ha asegurado que tanto él como la Reina «hemos comprobado –y entendido- la frustración, el dolor, la impaciencia, las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones», porque ha dicho que «todas esas emociones surgen de una misma raíz: la conciencia del bien común». El Monarca ha puesto en valor la entrega de un pueblo, la solidaridad que ha reclamado "siga presente en cada gesto, en cada acción, en cada decisión" así como el trabajo de vecinos, voluntarios, emergencias, bomberos, ONGs, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, militares... que han dejado constancia de que, «por encima de las eventuales divergencias y desencuentros, prevalece en la sociedad española una idea nítida de lo que conviene, de lo que a todos beneficia y que, por eso, tenemos el interés y la responsabilidad de protegerlo y reforzarlo». Por ello, ha reclamado que ese bien común «se siga reflejando con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política» y ha advertido de que «es responsabilidad de todas las instituciones» de todas las Administraciones Públicas.
Un año más, el Monarca ha apelado a los «consensos» algo que dijo, se debe hacer «en torno a lo esencial, no sólo como resultado, sino también como práctica constante» subrayando que es algo que «debe orientar siempre la esfera de lo público. No para evitar la diversidad de opiniones, legitima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido».
Como en otras ocasiones, el Rey ha hecho una defensa cerrada de la Constitución tanto de su «letra como de su espíritu» y ha asegurado que, «a pesar del tiempo transcurrido, la concordia de la que fue fruto sigue siendo nuestro gran cimiento». Afirmó que se debe «trabajar por el bien común» porque, eso «es preservar precisamente el gran pacto de convivencia donde se afirma nuestra democracia y se consagran nuestros derechos y libertades» por lo que instó a conservar ese «espíritu de consenso» para «fortalecer nuestras instituciones y para mantener en ellas la confianza de toda la sociedad».
En un momento de desencuentro político y crispación, donde los principales partidos llevan un año sin hablar, el Monarca les ha dado un toque de atención instándoles al «diálogo con altura y generosidad», un diálogo que ha dicho «debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado». Ha pedido que «la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad» y llamó a esa «serenidad en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos e individuales». A modo de ejemplo «de lo que podemos lograr juntos» el Rey ha recordado la reciente reforma del artículo 49 de la Constitución, referido a las personas con discapacidad. «No podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía».
Don Felipe se ha hecho también eco en su Mensaje de dos de los problemas que más preocupan a los españoles: la inmigración y la vivienda. En plena batalla por el reparto de menores no acompañados y sin opciones de acuerdo para la reforma de la Ley de Extranjería, Don Felipe advirtió de que «las migraciones pueden derivar –sin la gestión adecuada– en tensiones que erosionen la cohesión social» y que «corresponde a todos, el respeto también de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece» como «los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración. «Sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas».
Sobre la vivienda, algo que «preocupa tanto a los jóvenes», pidió a todos los actores implicados que «reflexionen y examinen las distintas opciones» y que ese diálogo conduzca «a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles. «Realmente podemos hacerlo».
El Rey también ha destacado que "España es un gran país", ha subrayado como, ante el futuro, "los españoles tenemos un enorme potencial que nos debe infundir
esperanza, tanto en el plano nacional como en la escena internacional". También ha recordado que el futuro radica en "nuestra juventud" la que hizo brillar el nombre de España en los Juegos Olímpicos, la que emprende, la que "busca oportunidades y supera los obstáculos a base de mérito y esfuerzo. Pero sobre todo la que nos ha llenado de orgullo acudiendo en masa para dar lo mejor de sí en las calles de los pueblos afectados por la DANA".