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Esta es la misteriosa matrícula que casi nadie conoce en España

Hay algo en común que tienen todos los vehículos a común que recorren las carreteras de España, las matrículas. Al final de 2023 había 37.890.861 vehículos matriculados, de los cuales algo más de 25 millones son coches, según la DGT. Todas las placas siguen el mismo patrón en nuestro país: placa de aluminio o metacrilato de 52 cm de largo y 11 cm de ancho y una combinación de números y letras que la DGT asigna de manera correlativa.

Las matrículas de los vehículos en España son mucho más que una simple combinación de letras y números, representan un registro oficial que combina aspectos legales, históricos y tecnológicos. Desde su implantación a principios del siglo XX, el sistema de matriculación ha evolucionado, adaptándose a las necesidades de un parque automovilístico en constante crecimiento. Más allá de su función identificativa, las matrículas reflejan tendencias sociales, económicas e incluso culturales.

La primera matrícula española

Desde la implantación de la primera matrícula en nuestro país en el año 1900, un Clement de Palma de Mallorca al que correspondía la placa PM-1, al que siguieron tres coches más en Cáceres, Salamanca y de nuevo Palma de Mallorca, han ido evolucionando. A mediados del año 2000 se empezó a utilizar el sistema actual de matriculación nuestro país para unificarlas a las de la Unión Europea y facilitar el comercio comunitario.

Durante varias décadas el sistema de matrículas incluyó oficialmente el distintivo provincial. Se mostraban una o dos letras seguido de cuatro o seis números, en función de la época. Revisando en el BOE de la época la reglamentación vigente, que explicaba el procedimiento que debían seguir los automóviles, se pueden descubrir varias matrículas que en la actualidad son prácticamente desconocidas.

Las matrículas españolas que han sido olvidadas

España tenía varias colonias en África, por lo que tenía que adaptar sus placas provinciales a esos territorios. Eso obligaba a matricular automóviles tanto en Guinea, que estuvieron en funcionamiento entre 1956 y 1968, como en el Sáhara, donde estuvieron en vigor hasta 1975. Al igual que las provincias de la Península y las islas, estas placas tenían sus letras propias. La más recordada y emblemática era el SH, que hacía referencia a los coches del Sáhara. Estas son las letras que aparecían en las matrículas y lo que representaban:

  • AOE: África Occidental Española
  • GE: Guinea Española
  • EA: El Aaiún
  • SH: Sáhara
  • IFNI: Territorio de Marruecos
  • SHARA: Territorio de Marruecos
  • ME: Marruecos Español
  • TA: Tánger

Algunos coches emblemáticos como el Seat 124 LS llevaron estas matrículas y tienen un lugar destacado en la memoria y en la historia de la cultura popular española. Este vehículo apareció en numerosas películas y series de televisión de la época lo convirtió en un icono reconocible para muchas generaciones. Además de su presencia mediática, este vehículo representaba para muchos españoles el progreso y la modernización de la industria automotriz nacional, siendo un símbolo de orgullo por la capacidad de España para producir vehículos de alta calidad. Todas estas singularidades por territorio se perdieron tras la entrada en vigor del sistema comunitario.

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