Sumar echa el cierre a un 2024 sin recambio para Díaz, marcado por Errejón y con Podemos a la ofensiva
Sumar acaba 2024 haciendo un balance agridulce. Logró entrar en el Gobierno a finales de 2023 y tras pasar el “duelo” por la ruptura por parte de Podemos con el partido en el Congreso de los Diputados, Yolanda Díaz se ponía en marcha para asentarse como formación a nivel territorial y también con el objetivo de crecer a base de rentabilizar su estancia en Moncloa . Nada más lejos de la realidad.
Sin embargo, las derrotas electorales en el primer semestre, unido a la debilidad parlamentaria del Gobierno de coalición, marcado por el pulso constante de Junts, acabaron desdibujando a un partido que hoy sigue viviendo de manera intermitente tras el golpe más duro al que tuvieron que enfrentarse tras el “caso Errejón”. Sin recambio a Yolanda Díaz -que dimitió como líder en junio- y con un Podemos a la ofensiva y consiguiendo rearmarse política y electoralmente, según van marcando las encuestas.
Sumar comenzó el año tratando de implantarse en los territorios aprovechando el ciclo electoral. En Galicia, cuna de la vicepresidenta Yolanda Díaz, el partido sufrió su primera derrota después de “sacrificar” a su propia portavoz en el Congreso, Marta Lois para lograr representación en el parlamento gallego. Lo mismo ocurrió en el País Vasco. Lograron un diputado solo, mientras que Elkarrekin Podemos había conseguido seis cuatro años antes. En Cataluña, la marca comunes salvó a Díaz de otro fracaso y tan solo perdieron dos escaños.
Las elecciones europeas fueron la verdadera prueba de fuego para la coalición que se había creado –de manera apresurada- para las elecciones del 23J. Las propias negociaciones para la conformación de la lista arrojaron la foto de la desunión y las tensiones entre los partidos. IU y Más Madrid, los partidos con mayor implantación fueron desplazados al cuarto y quinto puesto y no lograron representación en las urnas. Ello desató el enfado sobre todo de IU que siempre había logrado representación en Europa. Sumar solo logró el 4,6 por ciento de los votos y tres escaños, tres menos de lo que obtuvo Unidas Podemos en 2019, aunque eso sí, ganó por 200.000 votos a Podemos, que logró dos eurodiputados.
El resultado obligó a Díaz a dimitir al día siguiente como líder de facto de Sumar. La propia vicepresidenta trató así de “salvar” su figura, es decir, comenzar a centrarse de nuevo en su papel como vicepresidenta al entender que ser líder de partido había desgastado su liderazgo de gestión con el que comenzó a destacar en el primer gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. En el tiempo, de hecho, Díaz ha tratado de distanciarse de Sumar, partido al que desea “suerte” al igual que al “resto de formaciones políticas”. Es una de las frases que repite últimamente cuando se la pregunta por el futuro de Sumar. Algo que no gusta dentro del partido al no comprender que Díaz se desvincule del propio partido que fundó.
Tras la dimisión de Díaz el partido prometió un espacio de reflexión en la izquierda alternativa que todavía sigue sucediéndose aunque sin resultados palpables. Sumar decidirá en marzo –en su asamblea- su futuro, después de renunciar a incluir a los partidos dentro de Sumar tras las tensiones generadas por la falta de confianza en las siglas de Yolanda Díaz. Sumar se encuentra, a su vez, en una crisis de liderazgo. Más allá de Yolanda Díaz, el partido reconoce no tener un recambio en el caso de que en unas futuras elecciones ésta no opte como candidata del partido. En la formación destacan que Díaz sigue siendo un “gran activo electoral” y rehúsan hablar de su sustitución. No son esos los planes que tiene la dirección del partido en mente. Sumar quiere seguir explotando la figura de Díaz a nivel de gobierno, mientras que a nivel orgánico plantea una bicefalia, una dirección liderada por dos coordinadores que asuman el liderazgo del partido.
IU es el partido que ha tratado de aprovechar esta debilidad de Sumar, avisando con Antonio Maíllo a la cabeza de que Sumar como espacio aglutinador está “superado” y obligando a los de Díaz en el Congreso a repartir los espacios de poder. A la vez, Comprimís, Chunta y Més funcionan con autonomía propia sin querer explorar una alianza más allá de la actual.
A la vez, Sumar se ha quedado sin fuerza en su tesis política al ser Íñigo Errejón el responsable de su desarrollo. El partido sufrió una fuerte crisis de credibilidad a causa del “caso Iñigo Errejón” que también afectó a Más Madrid dado de que su jefa de gabinete de entonces conocía de otros supuestos casos de acoso sexual no denunciados.
En el Gobierno, Sumar fio todo a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para hacer valer su voz y lograr rentabilidad política. Sin embargo, tuvo que asistir a la congelación de los presupuestos debido al ciclo electoral en País Vasco y Cataluña y que a día de hoy continúan sin cerrarse ante los complejos equilibrios del Ejecutivo con sus socios. La reducción de la jornada laboral es la medida estrella para el partido con el que busca su nueva oportunidad. Sin embargo, de momento solo ha logrado una foto con los sindicatos, sin la patronal y sin cerrar completamente el acuerdo con los socios para que la iniciativa vea la luz en el Congreso de los Diputados.
A la vez, Sumar tiene que hacer frente a Podemos, quien desde las elecciones europeas ha logrado un pequeño impulso que les ha servido para volver a dar la batalla. Tras lograr dos eurodiputados en el Parlamento Europeo, el partido trabaja para volver a ser la fuerza hegemónica de la izquierda, aunque de momento no haya números que lo avalen. Podemos trabaja más como partido de la oposición que socio en el Congreso con el objetivo de marcar posición propia y de hacer valer sus cuatro escaños en el grupo Mixto. Así, el partido ha avisado de que la legislatura está “muerta” desde que el Gobierno pactó con el PP la renovación del CGPJ y ha dejado su apoyo en incógnita hasta el final en votaciones clave para el Gobierno como la reforma fiscal, por ejemplo. Esto, a su vez, ha soliviantado a los principales aliados del Ejecutivo, que acusan a Podemos de buscar cargarse el Gobierno para ganar a Sumar. Según el último CIS, Podemos lograría un 4,1% de los votos, frente al 7% de Sumar. La última encuesta de NC Report para LA RAZÓN otorga a los de Díaz entre 7 y 8 escaños y a los de Ione Belarra entre 4 y 5.