Yolanda Díaz se abona a la política del ruido de Pablo Iglesias en Moncloa para ganar la pugna por la reducción de la jornada laboral
De afear la "política del ruido" que estrenó Pablo Iglesias con su entrada en el Gobierno en 2020 a emularla. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha desechado en innumerables ocasiones la estrategia de dar la batalla en público, en los medios de comunicación, contra el PSOE cuando un asunto encallaba en Moncloa con el objetivo de lograr ganar la batalla.
Esto era habitual cuando Pablo Iglesias era vicepresidente del Gobierno y coordinaba la política de comunicación de Unidas Podemos en el Ejecutivo. Si bien desesperaba en la parte socialista del Gobierno, en varias ocasiones daba resultado, como cuando los morados lograron un compromiso para desencallar la ley de Vivienda, ligándolo al acuerdo presupuestario, o la subida del Salario Mínimo Interprofesional entre otras cuestiones.
"Sin ruido se trabaja muchísimo mejor. Las formas son claves", es una de las máximas que repite la vicepresidenta y que más ha chocado en los últimos tiempos con Podemos. De hecho, los morados han defendido siempre que "sin ruido" no se puede "transformar". Hasta ahora, la también líder de Sumar ha preferido solucionar con discreción las discrepancias con el PSOE en el Gobierno. Las tensiones entre PSOE y Sumar se han sucedido en varias ocasiones, centralizadas sobre todo por la ley de Vivienda, pero también por la negociación presupuestaria en el seno del Gobierno para aumentar los permisos paternales o en la pasada legislatura por la reforma laboral, por ejemplo.
Ahora, la tensión entre PSOE y Sumar se centra en la reducción de la jornada laboral que ambos partidos firmaron en el pacto de coalición entre Sánchez y Díaz para reeditar el Gobierno. El propio Pedro Sánchez ha defendido la necesidad de aprobar la medida para que esta se concrete en 37,5 horas a la semana, esto es media hora menos de trabajo al día sin incidir en el salario. Sin embargo, ahora, el PSOE defiende la necesidad de retrasar la entrada en vigor del futuro proyecto de ley al 2026, en vez de desplegarlo en 2025 como desea el ministerio de Trabajo y las organizaciones sindicales. Algo que rechazan completamente en el sector magenta del Gobierno. La tensión se ha recrudecido en la última parte de 2024 como consecuencia de esto.
Así, la vicepresidenta segunda del Gobierno se ha abonado ahora a la "política del ruido". Este mismo viernes en una entrevista en RNE estalló contra el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, al que llegó a acusar de ser "mala persona" por querer retrasar la entrada en vigor de la reducción de la jornada laboral. El Gobierno defiende esperar a tener el "ok" de la patronal, después de que Trabajo solo haya logrado firmar un acuerdo con los sindicatos para reducir la jornada laboral. "Es casi de ser mala persona decirle hoy a la gente trabajadora en nuestro país que se niega a reducir la jornada media hora al día. Y digo lo que va a pasar. La jornada se va a reducir y la parte socialista del Gobierno va a presumir como presumió después del salario mínimo, igual que pasó con la reforma laboral, con los ERTE y con los riders", defendió Díaz en una entrevista centrada en las tensiones entre PSOE y Sumar sobre la reducción de la jornada laboral.
En el entorno de la vicepresidencia de trabajo lamentan que el Gobierno pare medida poniendo como condicionante tener atados todos los apoyos parlamentarios. Algo que, censuran, no ha sucedido hasta ahora. "Siempre se ha aprobado en el Consejo de Ministros y después se ha llevado al Congreso a lograr los apoyos", indican. Desde Economía, el enfado es evidente, pero explican que la propuesta firmada a finales de año con los sindicatos no cuenta con una mayoría real en el Congreso, es por eso que piden esperar a Díaz. El apoyo de Junts o del PP sería imprescindible para aprobar la medida. Si bien en Trabajo aseguran que ya están trabajando con el partido de Puigdemont para que la reducción de la jornada laboral salga adelante.
En Sumar, ante el rechazo frontal de Economía -que cuenta con el apoyo del presidente del Gobierno- comienza ya a reinar el pesimismo. Si bien, la vicepresidenta usa como el escudo el compromiso del propio Sánchez de hacer realidad la reducción de la jornada laboral, pero lo cierto es que contemplan que si Economía se ha plantado es porque es también el parecer del líder del Ejecutivo. Para Díaz y Sumar es imprescindible cumplir con el compromiso de reducir en 2025 la jornada. Primero porque la propia Díaz lo ha repetido en múltiples ocasiones y, en segundo lugar, porque el partido de Díaz necesita un revulsivo para ganar visibilidad y músculo electoral en plena ofensiva de Podemos, que ya comienza a repuntar en las encuestas y que ya calienta una posible candidatura encabezada por Irene Montero de cara a unas futuras elecciones generales.