Real Madrid - Betis (0-0): Toni Kroos se va, pero se queda

Real Madrid - Betis (0-0): Toni Kroos se va, pero se queda

El Real Madrid y el Betis disputaron un partido intrascendente pero con el que despidieron a Toni Kroos

Habrá que encontrar la brújula de nuevo, hallar a esa persona con la dimites de toda responsabilidad porque te fías de su criterio y sabes que llegarás donde debes.

Se fue Toni Kroos del Santiago Bernabéu, en una noche extraña de despedida por lo que se acaba y de esperanza por lo que puede pasar el próximo sábado. En un partido sin ninguna historia ni emoción, casi un entrenamiento serio, un choque que no valía nada, el Bernabéu se llenó otra vez y era imposible conseguir entradas, casi como si fueran los concierto de a Taylor Swift para los que el estadio madridista empezó a prepararse en cuanto acabó el partido.

No era por Taylor, era por Toni, un tipo mucho más discreto, al que no le hemos visto cantar, pero sí tomar el mando del Santiago Bernabéu y manejarlo a su antojo. Se despidió donde quiso, cuando quiso, un poco fuera de lugar, extraño cuando le hicieron el pasillo sus compañeros y también los jugadores del Betis.

Los jugadores de Pellegrini habían salido antes para hacer el pasillo de homenaje al campeón de LaLiga y después salieron los futbolistas del Real Madrid y se colocaron a su lado, todos con la camiseta de Toni Kroos, las que llevaban también sus hijos en uno de los palcos.

Apareció entonces el alemán, superó el pasillo y saludó a las cuatro gradas repletas del estadio, volvió al pasillo, se acercó a los jugadores del Betis y por un momento dio la impresión de que se iba a unir a él. Movió los brazos, sin saber muy bien qué tenía que hacer ahora y los movió diciendo: se acabó, a jugar.

 

Luego pasaron 80 minutos de trámite, de espera, de dos equipos sin hacerse daño, de ver otra parada excelente de Courtois, de que Ancelotti permitiese que Modric y Kroos. Tiró el alemán una falta y después se paró todo: ahí sí se emocionó Toni, con el público de pie, los abrazos de los compañeros, las palabras de Ancelotti, las lágrimas de su hija, el tiempo que se escapa , la conciencia, de repente, de lo felices que fuimos.

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