CD Anguiano: el equipo de un pueblo de 500 habitantes, un nuevo gigante del fútbol

Los vecinos lo dicen con una sonrisa de oreja a oreja y frotándose aún los ojos. Nunca un ascenso ha costado tanto, pero tampoco ninguno se ha celebrado con tanta alegría como el conseguido este fin de semana por la familia del CD Anguiano . Porque eso es lo que representa este club riojano, una familia, dentro y fuera del campo, el equipo de un pueblo de poco más de medio millar de habitantes (516) que la próxima temporada, por primera vez en su historia, jugará en una categoría superior a la Tercera división. Un gran salto a lo desconocido. Después de seis intentonas en anteriores playoffs, a la séptima fue la vencida para el conjunto serrano, el más pequeño que se podrá encontrar en el fútbol de categoría nacional. Una entidad peculiar en la que la ilusión es el primer mandamiento. Alejado del arquetipo del fútbol moderno, el CD Anguiano es un club en el que no existe la figura del director deportivo ni la secretaría técnica. Tampoco una ciudad deportiva en el pueblo donde sus jugadores puedan entrenarse cada semana. Las sesiones de preparación se programan en las instalaciones de Pradoviejo, en Logroño, donde trabajan o estudian la gran mayoría de los jugadores de la plantilla. El conjunto riojano, sin embargo, cuenta con el tesoro de Isla , un modesto campo en un paisaje idílico que nunca deja indiferente a sus visitantes. Aquí solo se juegan los partidos de liga y así quiere la gente del pueblo que siga siendo en Segunda Federación , aunque habrá que realizar algunas mejoras. En la trastienda del éxito del CD Anguiano aparece el apellido Neila . José es el presidente y alma mater de un club que el mismo fundó en 1995 casi sin querer. El origen de este entrañable equipo se encuentra en unas fiestas en las que un grupo de amigos, luego directivos, empezaron a hablar medio en broma medio en serio de la posibilidad de crear un equipo en Anguiano. Aquella ensoñación nocturna cogió forma y el pasado domingo este pequeño municipio vivió y disfrutó con el ascenso a Segunda Federación. José Neila, que asumió la función de entrenador en el equipo recién nacido aunque no tenía carné, sigue siendo vital hoy ya lejos del banquillo, donde esta campaña se ha sentado Héctor Urquía . Ahora, como presidente, se encarga de mantener el pulso y la respiración de una entidad tan modesta como es el CD Anguiano. Por fortuna, no está solo porque tiene en otro Neila, José Miguel , su hijo y secretario del club, el mejor apoyo para seguir tirando del carro en la carrera de fondo que supone inscribir en competición, temporada tras temporada, a un equipo de fútbol y más en una población tan reducida como la suya. Que el pueblo se haya volcado con la causa ha ayudado a hacer posible un ascenso que muchos pensaban imposible. Una celebración que se desataba el domingo tras superar en la eliminatoria final al Ardoi navarro. La resaca tras la fiesta ya ha empezado para los Neila, que ahora tendrán que empezar a pensar cómo ajustar el presupuesto y tirar de imaginación, mucha, para obtener ingresos extra que permitan al equipo intentar mantenerse en una competición de carácter nacional que obligará al CD Anguiano a realizar varios viajes lejos de La Rioja. El CD Anguiano, un equipo de pueblo convertido no sólo en uno de los referentes del fútbol riojano, sino que ya mira de tú a tú a clubes de grandes ciudades de otras comunidades.

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