El sudoku del Sevilla consigo mismo
Vienen el Sevilla y su gente de terruños áridos y aún les resta desierto que atravesar. Virar cuatro ejercicios de pérdidas e intentar zurcir una campaña lustrosa no es moco de pavo, y menos para un club que bastante tiene con deportar de una vez los agobios clasificatorios de las dos últimas temporadas. La faena es colosal. Y llevará su tiempo. Al menos el verano en curso está dejando cierto poso reconfortante por el Sánchez-Pizjuán , esperanzador incluso para los más optimistas. Se palpa esa calma relativa que sólo subyace cuando los deberes van en tiempo y forma. Eso, por ejemplo, no ocurrió hace un año por Nervión, donde el atasco de una planificación mal heredada y la incredulidad recíproca... Ver Más