Tebogo, en el nombre de su madre

La final de los 200 metros se presentaba como un gran duelo de la armada estadounidense, que soñaba incluso con un triplete que confirmara el regreso de la velocidad tras el oro de Noah Lyles en los 100 metros. Pero nunca hay que subestimar el talento de los rivales y menos si sus piernas y su corazón los impulsa el recuerdo de una madre fallecida. Letsile Tebogo , una joya de la velocidad africana del que hace un par de años calificaron como el sucesor de Usain Bolt no había acertado en su primer intento, en la final de 100 metros, pero este jueves, en su segunda tentativa, llevó hasta Botsuana ese oro que había prometido conseguir para recordar a la que fue su más fiel apoyo en su carrera deportiva. Aunque había llegado a París con la segunda marca de la temporada, los focos apuntaban a esa posibilidad de que Noah Lyles, el nuevo showman del atletismo, se anotara un doblete 100-200 que en el siglo XXI solo había logrado Bolt . Y en el caso de un velocista estadounidense, no sucedía desde que Carl Lewis voló en Los Angeles 84, cuando se anotó cuatro oros. En un guiño a ese pasado y presente, el 'Hijo del viento' fue el encargado de abrir la sesión en el Stade de France, pero los guiones de atletismo no se escriben antes, hay que esperar a las actuaciones y ayer el africano Tebogo acaparó el papel protagonista en el doble hectómetro. Tebogo estuvo ayudado por la explosiva salida de Kenneh Bednarek por la calle 8, ya que el africano, por la 7, tuvo la liebre perfecta. Bednarek está ya aburrido de ser el estadounidense en la sombra y trató de aprovechar un escenario como los Juegos para lograr su primer gran título mundial. Y su apuesta estuvo a punto de salir bien, porque Lyles y Knighton, calles 5 y 6 respectivamente, parecieron sorprendidos por la curva de su compatriota y ya no tuvieron posibilidades reales de volver a la pelea por el oro. En la recta Bednarek se veía campeón hasta que se dio cuenta que a su lado viajaba una camiseta azul impulsada por Tebogo, por el recuerdo de su madre y por los sueños de un país que jamás había ganado una medalla de oro en los Juegos. Demasiados alicientes para un Tebogo sensacional en la recta. Zancada a zancada distanció al estadounidense para lograr el oro con 19.46 , un marcón que supuso hacer el récord de África y quedarse a 27 centésimas de la plusmarca mundial de su admirado Bolt. Con 21 años, tiene todo el futuro ante sí para tratar de acercarse al velocista jamaicano. Tras Tebogo, la plata fue para Bednarek, que ganó a sus compatriotas pero ni aun así llegó ese título soñado, mientras que Lyles, muy desdibujado en la distancia donde mejor compite, se confirmó con el bronce. Tebogo se dio a conocer en 2022 al convertirse en el segundo atleta menor de 20 que baja de 10 segundos. Hasta entonces solo lo había hecho Trayvon Bromell, quien corrió en 9,97 en 2014. Tebogo ganó con 9,91 en un triunfo que se recuerda porque en el tramo final se dedicó a saludar a la grada y a señalar a su rival jamaicano en los últimos 20 metros de carrera. «Vi a la afición y quise recordarles lo que Bolt hizo en el pasado . Es mi ídolo, la persona a la que admiro. Si alguien lo tomó como una falta de respeto, lo siento mucho», declaró Tebogo. Botsuana no tiene una gran tradición de velocistas, salvo ese bronce en el relevo 4x400 en los Juegos de Tokio. Pero Tebogo ha llegado para rellenar ese vacío y colocar a su país en los podios mundiales. De pequeño compaginaba fútbol y atletismo, pero decidió que quería ser velocista cuando su entrenador de fútbol le dejaba en el banquillo y por contra descubrió lo rápido que podía correr. « Tomé la decisión de volver al atletismo cuando vi que puedo poner comida en la mesa para mi familia a partir de eso», declaró en Runblogrun.com, en referencia a su madre Seratiwa, a la que dedicó en 2022 el premio al mejor atleta del año en su país. Precisamente el fallecimiento en mayo de su madre fue un palo tremendo para el velocista. «Recibí un golpe tan grande que me afectó profundamente, así que todavía estoy intentando recuperar la confianza en mi cuerpo», admitía al inicio del verano Tebogo, que admitió pensar «siempre en ella, pero solo trato de no dejar que eso me afecte tanto. Tengo que seguir adelante, trabajando duro, porque creo que hay una medalla. Solo necesito la determinación y la fuerza de voluntad para conseguirla». La fe y la determinación que encontró en la pista del Stade de France para dar el mejor homenaje a Seratiwa.

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