Djokovic sigue la senda de Alcaraz y dice adiós a Nueva York en tercera ronda

Novak Djokovic iba dos sets abajo en su partido de tercera ronda del US Open de este viernes por la noche -madrugada del sábado en España- y muchos pensaban que ya habían visto esa película. Su rival, el australiano Alexei Popyrin , número 28 del mundo, no aguantaría la presión de jugar contra el mejor tenista de la historia. Djokovic lograría la machada de remontar dos sets en contra, como ya había hecho en otras ocho ocasiones en torneos de 'Grand Slam'. La última, el año pasado, contra un compatriota, el serbio Laslo Djere . No fue así. A Popyrin, con un saque descomunal y una derecha poderosa, no le tembló el brazo ni siquiera después de perder el tercer set. Aguantó y dio la campanada doblegando al ganador de 24 'grandes' (6-4, 6-4, 2-6, 6-4) . En lugar de recoger ovaciones y hablar por el micrófono desde la pista tras el partido, Djokovic tuvo que hacer el paseíllo de los perdedores hasta el túnel de vestuarios. Todavía estaban marcadas las pisadas de Carlos Alcaraz , que hizo el mismo camino la noche anterior, tras ser tumbado por otro tenista todavía menos conocido: Botic van de Zandschulp, número 74 del mundo. Las derrotas inesperadas del gran dominador del tenis mundial en el último lustro y del que apunta a ser su sucesor han dejado un cuadro masculino abierto para el otro gran favorito -el italiano Jannik Sinner - y para otros tenistas que han llamado a la puerta de los 'grandes' en el último año sin conseguirlo, como Alexander Zverev y Casper Ruud . «He hecho un partido horrible», resumió Djokovic en rueda de prensa, sin paños calientes. «He jugado uno de los peores tenis de mi vida, honestamente. Con el servicio, el peor». La derrota en el cemento azul supone que el serbio cerrará esta temporada sin ninguna victoria en 'grand slam', por primera vez desde 2017. En ese año, en Australia, fue la última vez que caía tan pronto en un 'grande'. Djokovic no recordará con tristeza este verano de 2024 porque en él se colgó su primera medalla de oro olímpica , en los Juegos de París, lo único que le faltaba a su palmarés extraordinario. Pero es posible que, quizá como en el caso de Alcaraz, que disputó aquella final tremenda contra el serbio en París, la medalla le haya costado este momento de forma. «Claro que ha tenido un impacto», dijo sobre aquella participación olímpica, que ha trastocado los planes habituales de los tenistas en la temporada de pista dura de EE.UU. «Gasté mucha energía para ganar el oro y he llegado a Nueva York sin sentirme fresco mentalmente y físicamente»; reconoció. Pese a todo eso, se esperaba que el serbio fuera más allá de tercera ronda en Nueva York. Y que, pese a sus problemas iniciales con Popyrin , consiguiera remontar ante el australiano. «Eso estaba en mi cabeza. Estaba esperando a que diera un paso adelante», reconoció el ganador tras el partido. «Ha remontado dos sets en contra un montón de veces». Quizá Popyrin aprendió la lección de este año en Australia, cuando se puso dos sets a uno frente al serbio, y vio cómo se le escapó el partido. Quizá viene motivado por su reciente victoria en cemento en Montreal, un Masters 1000 en el que doblegó al ruso Andrey Rublev en la final. La realidad es que en el momento decisivo del cuarto set, Djokovic le dio facilidades -como dobles faltas encadenadas- y él mantuvo la calma. Una derecha final del serbio se perdió por el fondo y Popyrin lanzó los brazos al aire, exultante.

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