El blanco domina el once ideal del derbi
El derbi de la capital ya está aquí. Atlético y Real Madrid se ven las caras en el Metropolitano en un nuevo episodio de la rivalidad más castiza. En el once ideal entre los futbolistas de Simeone y Ancelotti, tomando en cuenta el momento actual que atraviesa cada uno de ellos, el color que predomina es el blanco. El resultado, una victoria rojiblanca, cuatro empates y seis triunfos merengues. El esloveno cuajó en Vigo una actuación que recordó a sus mejores días en la portería del Atlético, que parecían haber pasado a mejor vida debido a su irregular forma los últimos meses. Mientras que el belga demuestra a diario que es el mejor portero del mundo. La más reciente, su exhibición de paradas ante el Stuttgart en Champions. El rojiblanco se ha vuelto a erigir como uno de los grandes generadores de juego ofensivo gracias a sus imparables subidas, eso sí, cuando ocupa el carril derecho. El madridista, por su parte, no ha alcanzado todavía el excelso nivel del año pasado, pero su seguridad defensiva es clave en el juego de los de Ancelotti. El francés ha respondido a las expectativas y ha colaborado con sobriedad a elevar el nivel defensivo que tan deficiente fue durante la temporada pasada. El brasileño, dejados atrás sus problemas físicos, vuelve a ser un central de talla mundial. Su velocidad y potencia hacen que superarle suponga todo un reto. Atraviesa el uruguayo un excelente nivel de forma, a un tono físico impecable, sólido como líder de la zaga rojiblanca e incluso aportando algún gol decisivo, como ante el Leipzig. El alemán, comandante de la defensa blanca, es un cerrojo atrás. Con un estilo tan extravagante como efectivo, desespera a los delanteros rivales. No ha alcanzado el nivel previo a su lesión de cruzado, pero el mozambiqueño crece a cada partido que pasa, como demostró con su gran partido en Vigo. Mientras que el francés, aunque no goce del protagonismo que merece, es un portento defensivo imprescindible para entender la solidez atrás del Madrid. A pesar de no ser su mejor inicio de campaña, la batuta de juego y la capacidad de interceptación del capitán rojiblanco hacen que el juego de los suyos sea otro con Koke en el campo. El francés, aun con un despliegue físico al alcance de pocos, debe mejorar su manejo de la posesión para asentarse como un pivote de primer nivel. Ha encajado a la perfección el inglés con Simeone. Un 'pitbull' que no ahorra esfuerzos a la hora de presionar con criterio para asociarse y asomarse al ataque, ya con dos en su cuenta. El uruguayo es el valor seguro de la medular blanca, gracias a un físico inagotable, un disparo portentoso y calidad a raudales con la pelota en los pies. Empate a la baja. El argentino, con más sombras (numerosas pérdidas y desconexiones), que luces (una imaginación genial en el último pase). Mientras que el croata, como jugador de rol, no termina de aportar la clarividencia en las posesiones blancas que se le presupone cuando salta al campo. No es el rojiblanco el mismo que la temporada pasada. Sin su desborde y profundidad por la izquierda, pierde el Atlético una de sus principales armas ofensivas. Por su parte, el madridista, a pesar de haber subido su nivel en los últimos encuentros, está lejos aún del futbolista más desequilibrante del mundo que lideró a los suyos. El francés es el futbolista más diferencial del Atlético. Goles, asistencias y, sobre todo, el gran canalizador del ataque rojiblanco con influencia en todo el campo. El inglés, en una posición similar, reparte juego, destaca a la hora de interceptar y, sobre todo, es decisivo en la generación de ocasiones, este año más como asistente que goleador. Poco a poco, aparece el Julián Álvarez del City. El argentino debe todavía adaptarse al sistema de Simeone y encontrar la capacidad goleadora que le convirtió en estrella. Al brasileño le ha venido bien su enfado por ser el olvidado en el escaparate blanco para volver a marcar diferencias con su calidad en los últimos metros.