Pena máxima, mínima alegría en el Athletic
La risa, como el llanto, va por barrios. Ayer lo tuvo todo a su favor el Athletic para irse al nuevo parón liguero con una sonrisa de par en par y, sin embargo, su visita a Montilivi acabó en llanto. Al Girona, con un Stuani que tiene tendencia a vacunar a los porteros rojiblancos, le bastó acercarse una sola vez al punto fatídico para marcar las diferencias. Padilla, que volvió a gran nivel, casi lo evita.