La Navidad lo que ahí deja, en media orilla de encuestas, es un confeti de elegantes de amenidad varia, por lo general. Van ellos con el mismo traje de domingo y ellas muy alegres de modelazo de Nochevieja en cualquier día. Todos, y todas, parecen el mismo maniquí, con lo que se avala poco la elegancia, que no es sino distinción, o sea, rareza. Van bien, claro, van tan bien que igual da lo mismo. Si alguien va bien vestido, nunca debiera constar de distinguido. La elegancia es una infracción. La elegancia es un lujo interior... Читать дальше...